La política deshoja el almanaque con cierto temor. El miércoles 31 de este mes, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) revelará el impacto que tuvo la pandemia de la Covid-19 y la cuarentena en el tejido socioeconómico argentino. Se espera un incremento de la tasa de pobreza que, según el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), golpea al 44,2% de los argentinos (tres puntos porcentuales más que lo medido por el organismo nacional para el primer tramo de 2020). El Gran Tucumán-Tafí Viejo no ha quedado ajeno a esos efectos. Si bien en el primer semestre del año anterior, el índice de pobreza se ha situado en un 41,5% (372.794 casos), se estima que seguirá la misma senda que el promedio país, lo que puede implicar que cerca de 26.700 personas habrían caído en situación de pobreza, medida por nivel de ingresos.

Los datos difundidos ayer por la Dirección de Estadística de la Provincia dan cuenta de ese fenómeno. En febrero, la Canasta Básica Total (CBT), el límite de ingresos para no ser considerado pobre, ha llegado a los $ 50.421,61 para una familia tipo. En la comparación interanual esa misma canasta ha subido un 45,1%, es decir, que ese matrimonio requirió $ 15.672 más que en febrero de 2020 para solventar sus gastos alimentarios y de servicios básicos. Peor es la situación de indigencia. Un matrimonio con dos hijos debió reunir un 54,2% más de fondos para cubrir la canasta alimentaria (CBA) que, al mes pasado, se ubicó en $ 22.610,59 mensuales. En el primer semestre del año pasado, en el principal aglomerado urbano de la provincia había unos 73.300 indigentes.

A nivel nacional, una familia de cuatro integrantes necesitó $ 57.997,48 mensuales para no caer en la pobreza y un ingreso de $ 24.575,20 para no ser considerada indigente, de acuerdo con el reporte del Indec. Las variaciones interanuales de la CBA y la CBT fueron del 46,4% y 42,2% respectivamente.

El costo de la canasta básica casi triplica el monto del salario mínimo de $ 20.587 y el de un haber básico jubilatorio, que se ubica en $ 20.571.

Como una manera de evitar que más argentinos ingresen en situación pobreza y la indigencia, la gestión del presidente Alberto Fernández procura llegar a acuerdos con sectores productivos y con el comercio, con el fin de sostener los precios de los principales productos de la canasta familiar. Paralelamente, incrementó un 50% en el monto de la Tarjeta Alimentar y busca cerrar cuanto antes un entendimiento de precios y salarios con gremios y empresarios que, hasta ahora, giran en torno de un 30%.

El año pasado, la carne vacuna, uno de los principales alimentos de la canasta alimentaria, experimentó un reajuste del 74% en los cortes más populares, por lo que el Gobierno nacional firmó acuerdos con frigoríficos para abaratar los costos de esos productos.

La inflación no le da tregua a los argentinos. Según el Indec, durante el primer trimestre, los precios experimentaron un alza del 7,8%, mientras que en Tucumán acumuló un aumento del 9% en dos meses. Según Ecolatina, este mes, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) rondará el 3,5%. “A los habituales incrementos de indumentaria y educación de marzo se les suma el aumento en telefonía, naftas, cigarrillos y prepagas. Asimismo, los alimentos y bebidas volverán a crecer por encima del nivel general. El mayor dinamismo de los bienes de consumo masivo se complementa con una nueva aceleración en verduras y carnes -que cerraría el mes por encima de 5%-, indicó la consultora.